La maldad se ha multiplicado y el amor se ha enfriado, pero aquel que persevere en estos caminos del evangelio hasta el fin de su vida o hasta el sonar de la trompeta, verá la Gloria de Dios. 

Si otros están realizando las cosas de manera diferente a las que les compete a un verdadero cristiano, que tiene tal gusto por todo lo del mundo y sirven a Dios sin integridad, tales no deben ser motivo de ejemplo en nuestras vidas, si ellos quieren perderse, que lo hagan. Nuestra mirada está puesta en Cristo y sabemos que tenemos un cielo por ganar y un infierno por perder.

Las campañas y los cultos deben estar llenos del Espíritu Santo de Dios, nuestros días deben de contar con la Shekinah de Jehová. Ese fuego debe arder incesantemente, y tiene que terminar con todo lo que intenta estorbar en nuestra comunión con Dios.

El Rev. Álvaro Gravitó fue quien compartió al pueblo colombiano el mensaje de la palabra de Dios; durante la edición 52 de la Convención Nacional, haciendo referencia el libro de Ester 3:8-9, con el tema “Un pueblo diferente en toda la tierra”