Las naciones son para Cristo, y esta obra es dirigida por el Santo Espíritu, ¡quien conquista los corazones y trae almas a su redil.
Lo que Dios ha puesto en nuestro corazón y el diseño que nos ha dado es predicar el Santo Evangelio en tiempo y fuera de él, a toda criatura y en todo lugar. ¡Sigamos evangelizando todo el mundo, El Todopoderoso va de nuestro lado!
Las naciones son para Cristo, y esta obra es dirigida por el Santo Espíritu, ¡quien conquista los corazones y trae almas a su redil!
Nosotros no venimos a esta obra para estar sentados en una banca, siendo espectadores de lo que sucede a nuestro alrededor, sino más bien para ser testigos del poder Dios, servirle y ser parte del engrandecimiento de su obra.
Hemos aprendido a través de grandes siervos del Altísimo, como el Rev. Luis M. Ortíz, fundador del MMM, y el Rev. Rodolfo González, quienes nos enseñaron e inculcaron el amor a la obra misionera y servicio a Dios, pelando batallas, el saber que un día vamos a ir a algún lugar a predicar el Santo Evangelio.
Cuando recibimos a Cristo, nuestro espíritu cobra vida y la comunión con Dios nace. Ahora que tenemos vida espiritual el llamado de Dios es poner la mirada en las cosas de arriba, pues si nos ponemos a ver lo que sucede en la tierra, las crisis del mundo, las malas noticias, los crimines y las violencias, nunca vamos a ser personas triunfantes, pues este mundo vive en miseria y tinieblas, sin embargo, en medio de esta oscuridad Dios nos ha dado una luz, para vivir en integridad y fe.
La Iglesia del Movimiento Misionero Mundial en el Perú, celebró el bautismo en agua en su calurosa capital, fueron cuatro fechas: 11, 18, 25 de marzo y 1 de abril, donde 1833 hermanos de diversos distritos de Lima y Callao, hicieron pública su nueva vida en Cristo Jesús.