Cuando descendí a las aguas, mi corazón no paraba de hacer fuertes pálpitos, acompañado de lágrimas que recorrían mis mejías, mi alma estaba agradecida con mi Señor, pues Él ha permanecido fiel todo este tiempo y se que seguirá sustentando mi alma, lo siento muy dentro de mi, hoy empieza una nueva vida.

Aceptar a Cristo, fue la mejor decisión de mi vida, Él me dio el sentido que buscaba, la dirección que le hacía falta a mi alma. Y ahora he dado un paso muy importante, pues me he negado rotundamente a los placeres vanos de este mundo y he decidido eternamente por Cristo, he hecho pública mi fe en mi Salvador, bajando a las aguas del bautismo, rindiendo todo lo que soy a Él.

La Iglesia del Movimiento Misionero Mundial en Curacao, realizó el bautismo en agua, donde 8 hermanas tomaron su victoria, negándose al mundo y viviendo únicamente para la Gloria y Honra del Todopoderoso. Este evento fue presidido por el Rev. Clemente Vergara y su esposa, Gladys de Vergara.