Con gozo y alegría, nuestros hermanos de la Obra del M.M.M., a nivel internacional, participaron en la Marcha por el “Día Mundial de la Obra Misionera.” La Oficialidad Internacional, liderado por el Rev. José Soto Benavides, Presidente de la Obra del Movimiento Misionero Mundial, participó en este evento. 

Las delegaciones de las Obras de  Panamá, Cuba, Portugal, Colombia, USA, República Dominicana, Venezuela, Argentina, Haití, España, Costa Rica, Honduras, El Salvador, México, Guatemala, Nicaragua, Ecuador, Chile, Perú, Francia, Aruba, Países bajos, Bonaire, Australia, Canadá, Surinam, Japón, Islas Mauricio, Jamaica, Italia, Suiza,Guyana Francesa, India, Israel, Inglaterra, Austria, Suecia, Kuwuait, Malasya,Omán, Filipinas, Ghana, Madagascar, Myanmar, Sri Lanka, Costa de Marfil, Finlandia, Grecia, Dinamarca, Islas Martinica, Luxemburgo, Nepal, Emiratos Árabes Unidos, Mozambique, Nueva Zelanda, Uganda, Escocia,  Liechtenstein, Malawi, Noruega, China, Tailandia, Barén, Irlanda, Arabia Saudita, marcharon con gozo y alegría en el Centro de Convenciones de Panamá.

El portavoz de la Palabra de Dios en el primer servicio del “Día Mundial de la Obra Misionera”, estuvo a cargo del Rev. Albert Rivera, Oficial Internacional del Movimiento Misionero Mundial, con el tema: “Dios usando vasos de barro para engrandecer su obra”, basado en el libro de 2 corintios 4: 7.

En la explicación bíblica afirmó que, en el transcurso de estos 60 años, Dios ha usado diferentes vasos de barros, y a través de ellos ha engrandecido su obra, pues el tesoro está en vasos de barro, para que la gloria y la excelencia sea de Dios. Dios sigue escogiendo instrumentos de barro, para que lleven el evangelio a las naciones.

No podemos dejar de lado lo que hemos aprendido, pues la Palabra de Dios, siempre ha tenido una posición de privilegio, porque ella es la nos corrige. Por eso nos ha llevado a más 82 países, porque eso es lo que las naciones necesitan, la Palabra de Dios, la santa doctrina. El pueblo del Señor no necesita entretenimiento, necesitamos la Palabra de Dios, la cual transforma, y cambia los corazones. La Palabra de Dios es la misma, la Palabra de Dios no cambia.